Me
comentaba mi esposo, días atrás, que en la última reunión que tuvo en la oficina
(en donde debían negociarse detalles de un contrato) el abogado de su área se
presentó con un outfit “muy deportivo” para la ocasión (en la empresa tienen la política de
Casual Friday y de hecho era viernes). Este incidente llevó horas después a que llegara un
comunicado general acerca de qué prendas deben evitarse incluso los viernes. Me
comentaba él que considera que es un tema de criterio, lo que me llevó a
hacerme varias reflexiones.
Las
compañías coinciden en valorar en gran manera factores que determinan su
posicionamiento y lo que terceros percibirán de ellas.
El Branding
es uno de estos factores. No es en absoluto raro considerar un generoso
presupuesto en la arquitectura de la marca, en la cual los logos y colores se
discuten a detalle y se realizan grandes esfuerzos por lograr diseños óptimos. El
logo tiene que llegar a ser un sinónimo de la empresa y además ser capaz de
penetrar la mente de los consumidores. Se le atribuyen además las
responsabilidades de “generar confianza” y “reflejar las características de la
empresa y el producto”.
Así
también la infraestructura ha sido y sigue siendo un factor considerado como
determinante, oficinas confortables y lujosas, o prácticas y vanguardistas,
todas alineadas al discurso y los valores de la empresa, temas con los cuales
es importante que el diseñador de interiores trabaje su propuesta. Se entiende que
la infraestructura debe ajustarse a la dinámica del crecimiento y las
proyecciones del negocio.
Hasta
este punto todos coincidimos en que Branding e infraestructura son factores propios
de la “imagen” corporativa y que además
son de vital importancia.
Pero
¿Es la Imagen personal de los colaboradores otro factor determinante en imagen
mi empresa?
Cuando
se consulta a un gerente general qué considera lo más importante de su empresa
es trillado esperar como respuesta “nuestros colaboradores”, “el recurso
humano”, “nuestra gente”; sin embargo resulta contradictorio lo poco que se ha
escrito y trabajado hasta hoy en nuestro país acerca de la imagen adecuada de
los colaboradores de la empresa.
Acaso
no se puede “generar confianza” y “alinear el dinamismo y proyecciones del
negocio” a través de la imagen personal de “nuestra gente”?
En
este punto tocará evaluar si será lo más adecuado lograr homogeneidad entre el
personal, o si más bien se debe promover la diversidad en el vestir, en función
de las áreas y tareas propias del trabajo. ¿Será que la vestimenta adecuada dependerá
del tipo de empresa? ¿Es necesario prohibir ciertas prendas? ¿Y qué pasa con el
personal que tiene contacto con clientes?
Saltan
muchas interrogantes. Lo cierto es que características como liderazgo,
confiabilidad, transparencia, diplomacia, responsabilidad, calidez y muchas
otras pueden comunicarse a través de un adecuado uso de colores, cortes y
texturas en la vestimenta y arreglo personal de los colaboradores.
Entrando
al campo de un área comercial, varios estudios demuestran que el 55% del
impacto de un Ejecutivo de ventas es causado por su arreglo y vestimenta.
La
respuesta es definitiva, la Imagen personal de los colaboradores de la empresa
es importante y tiene un impacto en la Imagen corporativa y el posicionamiento.
Pero aún quedan muchas interrogantes y considero que podemos empezar encontrando respuesta a la siguiente pregunta:
¿Qué
se debe hacer y quien es el profesional adecuado para desarrollar este
tema?
Patty
Quinto
No hay comentarios:
Publicar un comentario